domingo, 18 de mayo de 2014

SITUACION ECONOMICA DE EL SALVADOR A FINALES DEL SIGLO XX


La economía salvadoreña

La primera etapa de las reformas económicas de fin de siglo, inició en 1989, a través de una combinación de políticas macroeconómicas e incentivos para el crecimiento económico. Se eliminaron los controles de precios, se redujeron los aranceles y se dio una amplia reforma del sistema financiero.
La otra etapa se dio a partir de la segunda mitad de la década de los 90, destacándose la desregulación y privatización de los sectores de electricidad y telecomunicaciones y las reformas del sistema de pensiones.
Al inicio de 1998, se privatizan cuatro compañías distribuidoras de electricidad (CAESS, EEO, CLESA y Del Sur) por un monto 586.5 millones de dólares. A dicha privatización le siguieron incrementos tarifarios de hasta 450%. A mediados de 1998 fue subastado el 51% de las acciones de INTEL, la porción de telefonía inalámbrica de ANTEL, las cuales fueron adquiridas por Telefónica de España por 41 millones de dólares, un valor casi cuatro veces mayor al precio base. Seguidamente fue subastada el 51% de la porción alámbrica de ANTEL (CTE-ANTEL), la cual fue adquirida por France Telecom. Por 275 millones de dólares. Por otra parte, cinco compañías administradoras de fondos de pensiones privados (AFP) empezaron a operar en1998. Cerca de 360 mil contribuyentes de un total de 415 mil empleados elegibles se unieron al nuevo sistema en los primeros 100 días de operaciones (Ramos, Acevedo y Padilla, 1999, pg. 57-58).
El siglo XX finaliza con síntomas de deterioro en el sistema financiero. Si bien es cierto que las reformas habían contribuido a que la banca salvadoreña tomará el liderazgo financiero a nivel centroamericano y que su diferencial de las tasas de interés fuera uno de los más bajos en Latinoamérica, el sistema financiero presenta serias deficiencias en materia de supervisión y regulación como lo ponen de manifiesto el uso de recursos públicos utilizados para el rescate del sistema financiero.
Lo anterior fue abordado por la revista El Financiero de La Prensa Gráfica el 31 de julio de 2001, expresando que desde hace una década, el gobierno ha salido a apagar los incendios financieros originados por la quiebra o fraudes por parte de entidades privadas o instituciones públicas. Esta práctica de “bombero financiero” ha costado cinco mil 24 millones de colones (574 millones de dólares), destacándose el colapso y defraudación FINSEPRO/INSEPRO por mil trescientos millones de colones (148 millones de dólares), el rescate de CREDISA por mil 239 millones de colones (141 millones de dólares), las inyecciones de capital al Banco de Fomento Agropecuario por 550 millones (63 millones de dólares) y el pasado mediato la emisión de 2 mil 450 millones de colones (280 millones de dólares) en bonos que la banca acumuló durante la década que estuvo en manos del Estado.
En una perspectiva de largo plazo de la economía salvadoreña, Roberto Rivera Campos (2000, pg. 244- 245) destaca varias características. La persistencia de la pobreza es una de las principales características. Aún el 60 por ciento de la población rural se encuentra en pobreza y el acceso de la población a los servicios sociales básicos es precario. La asimetría territorial de la pobreza señala contrastes entre el occidente y el centro, por un lado, y el norte y el oriente, por el otro; en general, entre más se camina hacia el norte y el oriente, mayor es la pobreza encontrada. Fortalecimiento del mercado; Estado pequeño, eficiente y fuerte; estado de derecho; seguridad ciudadana; y educación y salud parecieran ser los cinco pilares que un país pequeño puede necesitar para llevar progreso a su población. De acuerdo a Rivera Campos estos cinco pilares constituye el gran desafío de los salvadoreños de cara al siglo XXI.
La Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), presentó al final del siglo XX una propuesta para la reactivación de la economía nacional. En dicho documento (ENADE 2000), se destacó que a partir de 1996, la economía nacional había perdido dinamismo, aunque los principales agregados macroeconómicos se habían mantenido estables. La propuesta parte de la base que el desarrollo económico y social es tarea de todos, y constituye un compromiso genuino de sumar al esfuerzo de mejorar la calidad de vida de todos los salvadoreños, en un ambiente de concordia, paz social y vigencia plena de democracia política y económica. ENADE 2000 expresa que el compromiso del sector privado es actuar con responsabilidad social, promoviendo un comportamiento empresarial regido por los principios de la é tica y la competencia, rechazando toda expresión de corrupción y la impunidad.
Por otra parte, ENADE 2000 subraya que un tema importante al final del siglo XX es el efecto que ocasiona en el ánimo de los empresarios y de la ciudadanía en general, el incremento de la delincuencia. Este clima de inseguridad, ayuda a explicar los bajos niveles de inversión extranjera que registra el país, indicando que no son suficientes las credenciales de estabilidad financiera y de libertad económica para atraer inversionistas. Con todo, el panorama actual muestra que existen varias señales positivas, aunque su potencial para la reactivación económica es probable que se haya sobredimensionado.
Por ejemplo, dice ENADE 2000, los resultados de los recientes acuerdos comerciales y de la ampliación de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe son importantes para cambiar la tendencia de la economía, pero su aprovechamiento depende básicamente de la capacidad del país para competir con el resto de países que han recibido las mismas facilidades por parte de E.U.A y México.
En el balance preliminar de las economías latinoamericanas en el año 2000, CEPAL, la tasa de crecimiento de la economía (2.5%) se desaceleró respecto de 1999 (3.4%), debido en gran parte, a la adopción de políticas monetarias restrictivas, al menor dinamismo de las exportaciones (por la caída en el precio internacional del café y del azúcar), al aumento en los precios de los combustibles y a la reducción de la actividad de los sectores de construcción, agricultura y comercio. El saldo de la cuenta corriente volvió a ser deficitario, similar al de 1999. La balanza comercial alcanzó un déficit de 1700 millones de dólares y el déficit fiscal se amplió al 2.5% del PIB. La deuda pública alcanzó el equivalente de 22% del PIB. La inflación aumentó en más de 3%, a raíz del incremento del costo de la energía eléctrica, producto de la eliminación de los subsidios gubernamentales y del alza del precio de los combustibles.
En síntesis, el siglo XX cerró con la ampliación de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe y la posibilidad de que la maquila siga creciendo y que esto traiga más empleos. El siglo XXI inicia con El Salvador pretendiendo lograr preferencias comerciales con los tres países del norte de América. En este sentido, se firmó un acuerdo de libre comercio con México y se están haciendo aproximaciones con Canadá

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